LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LA EDUCACIÓN: UN BINOMIO POSIBLE.
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LA EDUCACIÓN: UN BINOMIO POSIBLE.
Cita APA:
Morduchowicz, Roxana. (2001). Los medios de comunicación
y la educación: un binomio posible. Revista Iberoamericana de Educación, 26(2),
97-118.
Síntesis:
En las últimas décadas, la escuela ha sostenido una relación nada sencilla con los medios de comunicación. Entre el amor y el espanto, este vínculo se ha movido más cerca de la desconfianza, la acusación y la condena, que de la aceptación y el reconocimiento. Los medios de comunicación, sin embargo, desempeñan un papel central en la vida de los chicos y de los jóvenes.
Los medios de comunicación, y más
recientemente las Nuevas Tecnologías, han modificado la manera de construir el
saber, el modo de aprender, la forma de conocer. La relación de los chicos
con los medios de comunicación ha sido escasamente explorada en todo el mundo.
Menor aún ha sido la preocupación por conocer el vínculo y la apropiación que
hacen los chicos de sectores populares de
los medios.
Los niños de sectores populares
no sólo aprenden contenidos y acceden a información. A partir de un programa
televisivo incorporan también prácticas sociales que asumen como
comportamientos cotidianos en su vida dentro y fuera de la escuela.
La televisión, ciertamente,
enseña a los niños acerca de saberes y prácticas habituales esenciales.
¿Cuál es, entonces, la relación
que esperamos exista entre la escuela y los medios de comunicación? ¿Qué
actitud nos interesa que promueva la escuela en la relación con los medios?
Incorporar
los medios en la escuela significa integrar, revalorizar y resignificar la
cultura ordinaria de los alumnos, en la que la radio, el diario, la revista, el
cine y la televisión ocupan un lugar fundamental.
Introducción:
El presente artículo se refiere a
los medios de comunicación y a su potencial como agentes de formación y
socialización, junto con la escuela y la familia, en la vida de los niños. En
esta sociedad educadora los medios de comunicación no podían estar ausentes.
Hablar de los medios y la
educación significa abordar un campo que, aunque reciente en todo el mundo,
incluye no pocos aspectos. A fin de organizar algunas de las dimensiones desde
las que es posible enfocar el tema, hemos decidido estructurar este artículo en
tres partes.
La primera busca contextualizar históricamente la compleja y difícil relación que une a la escuela con los medios de comunicación. Un vínculo basado en la desconfianza y en cierto recelo con que muchas veces las escuelas miran a los medios, en especial a la televisión. Sin embargo- intenta explicar esta primera parte-, los medios ocupan un lugar central en la vida de los niños e influyen sobre la manera en que perciben la realidad e interactúan con el mundo. Desde esa relevancia, precisamente, es que comenzamos a hablar del potencial formativo de los medios de comunicación.
La segunda parte intenta ejemplificar el planteo inicial, A fin de comprender el espacio que ocupan los medios en la cotidianidad de los chicos y poder analizar más profundamente su alcance como educadores, exploraremos en detalle el significado que tiene los medios, en especial la televisión, para los niños de sectores populares. Qué ven, qué aprenden y qué expectativas tienen los niños de familias desfavorecidas económicamente respecto de la televisión , nos ayudará a comprender por qué depositan en la pantalla chica el deseo de aprender y la motivación de enseñar.
La tercera parte vuelve de alguna manera al inicio. Retoma la relación de desencuentros que aún hoy vive la escuela respecto de los medios de comunicación. Pese al papel que desempeñan en la vida de los niños, se nos recuerda que la integración de ambos no es todavía una realidad.
Finalmente, se propone una alternativa para esta relación: incorporar los medios como objeto de estudio en lo que llamamos una “educación en medios de comunicación”, que enseñe a los alumnos a analizar crítica y reflexivamente los textos mediáticos.
Incorporar los medios en las escuelas -concluye el documento- significa también integrar, revalorizar y resignificar la cultura cotidiana de los alumnos, en la que la radio, el periódico, la revista, el cine y la televisión ocupan, como dijimos, un lugar fundamental.
Conclusión:
El diálogo entre la escuela y los
medios es desde luego posible. Buscar el lugar que puedan obtener los medios en
la educación, a través de una formación que los analice como objeto de estudio
y conocimiento, es ,en efecto, necesario, La escuela no concentra la suma de
conocimientos de informaciones que recibe hoy un alumno.
A partir de estas conclusiones
consideramos que es preciso articular los campos de la educación y la
comunicación, a fin de cruzarlos y de construir nuevos paradigmas que integren
los aportes de ambas disciplinas.
Creemos que no es posible
analizar la relación de los niños con la escuela y el saber, sin considerar el
lugar que ocupan los medios de comunicación (especialmente la televisión) en su
vida cotidiana. Las investigaciones en educación y en comunicación deben
articularse a fin de elaborar estrategias específicas comunes.
Volvamos en estas líneas al punto
de origen y al fundamento de una educación en medios: “la democracia”. Una
democracia que no acepte las desigualdades y que integre la diversidad,
Proponemos así una educación en
medios que revalorice la cultura de los propios alumnos, para quienes los
medios de comunicación son parte fundamental de su identidad cultural.
Más allá de la diversidad lo que
identifica a todos los niños es su derecho a aprender en la escuela y ,
ciertamente, de los medios.
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